La familia mantenía la esperanza de verlo de nuevo, durante una semana mantuvieron contacto con los criminales para pactar el rescate
Mediante una llamada telefónica, el 15 de enero, un joven originario de Perote fue sustraído de casa de sus abuelos. Más tarde, fue asesinado por sus plagiarios y enterrado en un terreno aledaño; en tanto sus familiares eran engañados: les pedían un fuerte suma de dinero para volver a verlo.
Tras los hechos, la comunidad de Tenextepec, en Perote se unió. Rodearon la casa de un vecino presuntamente implicado, más tarde bloquearon la carretera Puebla-Perote con la exigencia de que las autoridades dieran con el paradero del joven que en ese momento ya había sido víctima de homicidio.
Se supo de su muerte luego de un presunto implicado se habría entrego a las autoridades y confesara el crimen con detalles.
Los padres del joven se mantuvieron en contacto con los autores del homicidio en contra de su hijo alrededor de una semana; estos los hicieron creer que se trataba de un secuestro y que, con el pago del rescate, el joven sería puesto en libertad.
Para desgracia de la familia se supo que el joven no volvería a casa. El presunto implicado, quién se habría entregado a las autoridades, confesó detalles del crimen, además de la localización del cadáver; ocultado en el terreno de un familiar del presunto cómplice del crimen.
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