CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Las autoridades de China extendieron el cerco sanitario a 10 ciudades en un intento por contener el coronavirus que ya costó la vida de 26 personas y tiene bajo cuidados intensivos a 800 más.
Según la agencia Reuters, las medidas incluyen la suspensión del transporte público y el cierre de templos. Incluso, se restringió la entrada a sitios simbólicos, como la Ciudad Prohibida y la Gran Muralla. El parque temático Shanghai Disneyland anunció el cierre de sus puertas a partir del sábado hasta nuevo aviso.
Todas esas acciones se dan en medio de la celebración del Año Nuevo Lunar, una festividad que dura una semana y da la bienvenida al Año de la Rata.
Aunque la mayoría de los casos y todas las muertes han sido en China, el virus ha sido detectado en Tailandia, Vietnam, Singapur, Japón, Corea del Sur, Taiwán y Estados Unidos. Es muy probable que también haya casos en Reino Unido, señaló un funcionario de salud.
En Wuhan, la ciudad del centro de China en la que se originó el virus el mes pasado, las farmacias se estaban quedando sin suministros y los hospitales estaban inundados de residentes nerviosos que querían someterse a revisiones médicas.
Alarma entre la población
“Hay muchas noticias y datos. Hay una actualización cada 10 minutos, es aterrador, sobre todo para gente como nosotros en una zona tan afectada”, dijo Lily Jin, una residente de 30 años. “Aunque no estés enfermo, uno tiene miedo de ponerse malo”.
Hasta el jueves había 830 casos confirmados y 26 personas habían muerto, según la Comisión Nacional de Salud.
La mayoría de los casos se encuentran en Wuhan, donde se cree que se originó el virus en un mercado que comercializaba animales salvajes de manera ilegal. Las investigaciones preliminares sugieren que se transmitió a los humanos a través de serpientes.
La ciudad de 11 millones de habitantes, y la vecina Huanggang, con unos 7 millones, estaban prácticamente aisladas. Las estaciones de ferrocarril estaban casi clausuradas, se detenían pocos trenes, los vuelos estaban suspendidos y había puestos de control en las principales carreteras de entrada y salida de la población.
Una decena de personas se bajó de un tren de alta velocidad que llegó a Wuhan en la tarde del viernes, pero nadie se subió antes de reanudar su viaje.
“Tengo que estar con mi familia”, dijo un pasajero que salía de la estación con dos grandes maletas y declinó dar su nombre.
Fuente:proceso
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