Ø Tras la falta de empleo buscan el sustento en los
desechos.
Por.- Miguel Ángel González Rojas
Tlapacoyan, Ver.- Cuando muchas personas se disponen a iniciar sus actividades
diarias, ellos ya están en las calles, en las que se mantienen revoloteando la
basura para penarla y poder sacar de 50 a 70 pesos diarios que les
permitan sobrevivir junto con sus familias o inclusive recolectar desperdicio
en los domicilios del municipio.
Son llamados recolectores, bien pepenadores que sin más herramientas
que costales, cubetas y sus manos, salen en las calles de las colonias y
comunidades donde buscan de todo aquello que pueda ser reciclado, ya sea
aluminio, cartón o plástico PET que les ayude asimismo a poder obtener unos
pesos para poder sacar su día.
Esa intensa jornada puede comenzar a las 6 de la mañana, en algunos
casos las rutas que toman van acorde al calendario de rutas que tiene la
dirección de limpia pública para la recolección de basura principalmente en la
zona centro de la ciudad.
Pero siempre con la idea de poder ganarle al camión de la
basura, para que se lleve únicamente los desechos, pues los productos
reciclados ya fueron extraídos de las bolsas domiciliarias por los pepenadores,
quienes realmente son personas desempleadas y que muchas de las veces cuenta
con un mínimo o nulo nivel de estudios.
Así mismo se pueden percibir a los recolectores de desperdicio quienes
recorren por varias horas colonias y comunidades buscando comida aun en estado
conveniente donde puedan sacar un poco de provecho para llenar el espacio de
sus estómagos, esto además de brindar la gracias a dios de que algunos
pobladores les regalan el taco o el agua quienes de manera honrada buscan el
sustento.
A pesar de no ser una nueva actividad o como los pepenadores la
consideran “trabajo”, ha crecido considerablemente, a tal grado que algunos
persona lo consideran como un negocio por quienes se dedican a la compra-venta
de estos productos.
Debido a que la pepena se ha vuelto una alternativa de supervivencia,
en donde inicia por un integrante de la familia, y poco a poco los demás
integrantes se van sumando a estas actividades conforme van aumentando sus
ingresos, donde hay la oportunidad de sacar provecho de lo que en los hogares
desperdician.