Dale gracias al señor
El amor de
una madre
No contempla
lo
Imposible.
Por Miguel
Ángel González
Tlapacoyan,
Ver.- Dios no podía estar en todas partes a la vez, y por eso creó a las
madres. De todos los derechos de una mujer, el más grande es ser madre.
Si
tienes una madre todavía, dale gracias
al señor que te ama tanto, que no todo mortal podría, dicha tan grande ni
placer tan santo.
Si
tienes una madre. Se tan bueno que ha de cuidar tu amor, una mamá es aquel ser
que con la caricia tierna de su mano cansada y el sana sana colita de rana,
todo cambia de color y el dolor desaparece, la tristeza se disuelve, la
nostalgia se difumina y la alegría vuelve a su lugar.
Una
madre es capaz de trasformar la oscuridad en luz, la noche en día, el llanto en
risa y el hambre en siesta. Tiene la magia de trasformar harapos en trajes de
novia, cortinas viejas, en hermosas sobrecamas y noches frías en gratificantes
sueños.
Posee
el dulce encanto de hacer desaparecer el miedo, de convertir en agua dos papas
en la más exquisita sopa o un simple
huevo en autentico caviar.
Esa
figura menuda, cansada de cargar años, echar bendiciones, no escatima comida,
cantaleta, ni consejos, es capaz de enfrentar el mundo por su muchacho,
conmover jueces y derrumbar ceduños fiscales con la potencia hídrica de sus
lagrimas.
Si
tienes una madre todavía, es el amor de Dios. Felicidades a Todas las Madres Tlapacoyenses hoy en su día